lunes, 28 de junio de 2010

La voz de mi consc… que decís?

No se que me pasa últimamente… me persigue la idea incomoda de dejar todo… no se … las ganas de nada, de no tener que inquietarme por nada, de no estudiar, de no tener que levantarme temprano todos los días… es como una necesidad imperante de volver a los tres años de edad, cuando uno no tiene nada de que preocuparse… como se enreda todo con el paso del tiempo, cuando uno empieza a tener responsabilidades, a pensar… y te trabaja la cabeza mas de lo que desearías… no quiero pensar!
Como me gustaría ser en este momento de aquellos que se fascinan con bailando por un sueño… je.
¿Por que tener pretensiones para el futuro? Vuelvo a pensar ahora y se la respuesta… pero no quiero pensar… quiero conformarme con poder pagar la comida, los impuestos y por ahí alguna salida, pero no!... tiene que haber algo mas! me dice con cierto aire a regaño, un pequeño tipito parado en mi hombro, se llama consciencia o algo así, al menos eso dice él… para que lo escucho digo yo, si lo único que hace es complicarme la vida… busca más! quere ! estudia! labura! crece! progresa!... ufff... como si fuera tan fácil… como si tuviera ganas de todo eso, si ahora me alcanza con lo que tengo, y sigo pensando… me quiero ir a dormir y sin embargo estoy acá escribiendo porque este tipito que me habla tan pegado al oído, que lo siento adentro de mi cabeza, no duerme y al parecer le gusta trabajar de noche… cuando no hay gente, ni autos, cuando el silencio es tan grande que parece que se para el tiempo… es como si disfrutara de mi insomnio y yo tan ingenuo lo sigo escuchando… y termino haciendo lo que me dice, porque cuando lo desafío vuelve, como me pasa esta madrugada… y no lo quiero escuchar… pero taparme los oídos no funciona, tampoco la televisión o la música… por ahí es una pelea perdida, ¿por ahí esta bien perderla no?... algún día estos esfuerzos, de los que ahora reniego, servirán para que otros niños de tres años no tengan nada de que preocuparse… y si… ya me estoy dejando convencer otra vez, al menos lo necesario como para poder dormir un poco… total mañana empieza la rutina acelerada de siempre, que nos mantiene ocupados a ambos…
Me despido esperando que tal vez se olvide de mí unos días, o que tal vez hagamos las paces… y poder encontrarme solo aunque sea un rato sin tener que pensar en nada.

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