sábado, 29 de septiembre de 2012

A ver si quedó algo...

Me encuentro en una cafetería desayunando y veo en las esquinas muchos jóvenes, participando de una colecta de fondos, desconozco la ONG a la que pertenecen, pero la causa es buena… el motivo de los fondos es la construcción de viviendas… hay algo de lo que veo en este momento que realmente me gusta… y es la cara de estos chicos… todos sonrientes, divirtiéndose, contentos por la ayuda que brindan… viéndolo de afuera también es entretenido, ya que todos están disfrazados… parece el carnaval carioca de algún casamiento pero a gran escala por todo buenos aires… esta bueno… al menos a mí me resulta, si se quiere, simpático… no viene mal que cambien un poco la monotonía de una ciudad donde todos caminan con cara de culo inmersos en un gris infinito… Si alguna vez me leyó, sabrá que no todo es color de rosas… ahora vienen los planteos, que mi retorcida cabeza no deja de imponerme… ¿en qué momento se pierden las ilusiones? ¿Me explico?... ¿cuándo nos volvemos amargados y dejamos de festejar en la calle como lo hacen estos chicos?… ¿cuándo dejamos de creer en estas causas solidarias?... bah… no sé si “creer” es la palabra correcta… más bien, correspondería decir, ¿cuando empezamos a desconfiar? O usted nunca se preguntó si harán lo que dicen con la plata que recauden… hay algo que es indiscutible… con el correr de los años uno va descubriendo parcialmente las verdades de situaciones utópicas que antaño ni siquiera cuestionábamos, es decir, utópicas ahora que sé o que vi tanta corrupción… por ahí si me preguntabas a los 17 años, seguramente te diría, primero ¿qué es utopía? y luego, una vez saneada la duda anterior, cuestionaría la posibilidad de pensar si no llevarán a cabo el emprendimiento por el cual están ahora en la calle peleando… es ahora que me digo… con razón no creo más en nada… tantas mentiras fui viendo en mi vida, vale aclarar que tampoco es tan extensa, pero que valieron para que el escepticismo me gane la pulseada… y esto lo digo con mucha tristeza… porque me gustaría volver a creer como lo hacía antes… creer en las instituciones y más aún en las personas… pero la inocencia es algo muy especial… nos acompaña desde que nacemos… pero es tan frágil que no hace falta demasiado para romperla en pedazos y lamentablemente no se recupera… Me despido, esperando que las cosas cambien… y que aquellas situaciones que me hicieron perder la inocencia en algún momento desaparezcan, para que alguna próxima generación de chicos no tenga que sufrir el arrebato de tal hermosa cualidad… eh! ¿Se dieron cuenta? algo de inocencia todavía me queda!!!

viernes, 21 de septiembre de 2012

Estás igual!!!

No voy a decir nada nuevo cuando señalo que en estos días la argentina vive una época donde las discusiones políticas son cosa corriente… la población está dividida como, personalmente, nunca lo había visto… tengo que decir que soy de los que ven de manera critica las políticas estatuidas por el gobierno nacional, pero nobleza obliga, hoy he entendido claramente la utilidad de la política de igualdad que lleva a cabo el kirchnerismo, algo que todo K de raza eleva como mayor estandarte… discurso con el que se atacó a los manifestantes aristócratas de la última movilización de septiembre, a los que se les imputo la falta de nacionalismo, que se quejan de nada, que no quieren derechos iguales para todos los argentinos… acabo de entender lo que los oficialistas pregonaban… la igualdad a la que “el modelo” apunta. Hoy saliendo del trabajo, ya dejando el sarcasmo de lado, mientras iba caminando por el microcentro porteño vi a tres muchachos, que como muchos en esta ciudad, no tienen un lugar donde dormir, que posiblemente no tengan ni para comer, pero que mientras dos de ellos se tapaban con una frazada, en la puerta de un banco, el tercero ya abrigado les mostraba las utilidades (en rigor de verdad, estaban escuchando musica) de la netbook que le otorgo el programa conectar igualdad… ahora bien… ¿soy yo o estamos atacando la problemática social desde un ángulo equivocado?... es lo primero que pensé después de ver esta situación… ¿no resulta raro que para intentar equilibrar la brecha de clases, se les dé a estas personas una computadora?, no quiero que se mal interprete, no estoy diciendo que este mal darle instrumentos para acercar a la tecnología, con todo lo que esto implica en la sociedad moderna, a quienes tienen muy bajos recursos... pero, por ahí es una idea descabellada, ¿no sería conveniente o prioritario, brindarle recursos más necesarios? Que se yo… se me ocurre darle trabajo a los padres de estos chicos, o un hogar digno… estamos hablando de mucha plata, miles de millones de pesos invertidos en una necesidad intrascendente cuando no tenés para comer, o dormís en la calle… ¿a qué tipo de igualdad apuntamos?¿ Es algo tan lineal la igualdad? ¿Todos tenemos “compu” y listo? ¿Ya gozamos de las mismas posibilidades de desarrollo?... imagino que si se destina esa partida presupuestaria a paliar el hambre de los chicos en el país, por ahí una buena parte ellos (ojala fueran todos) puedan desarrollarse y crecer normalmente, sin perder gran parte de sus capacidades cognitivas en el camino… y así efectivamente generamos igualdad… si logramos que en el colegio aprendan al mismo ritmo que aquellos chicos que pueden comer todos los días… que cuando se tenga que insertar en el mercado laboral tenga los mismos recursos para competir… eso es igualdad… darle un lugar donde descansar, libre de los peligros de la calle y la noche… eso es equidad… ahí hay que poner el acento al momento de querer equiparar una balanza… eso es ser un gobierno que promueve el bienestar social… no sirve de nada regalar unos mangos para que llegues a duras penas hasta la próxima fecha de pago… eso no es una política de estado coherente ni efectiva, si lo que buscas es brindar igualdad de posibilidades de desarrollo para todos, eso es una limosna, es tratar indignamente a quienes son más débiles… en cambio si lo que buscas son medidas demagógicas que te aseguren la perpetuidad en el poder, por ahí estas en el camino correcto. Me despido, con la idea de que todos podemos abrir los ojos, incluso los que intentan tapárnoslos… y entender que la forma de solucionar esta problemática, que lamentablemente no deja de ascender, es interviniendo en los problemas de fondo y no con espejitos de colores que distorsionen la realidad.