viernes, 14 de mayo de 2010

La intolerancia de la razon

Que cosa rara sucede con las personas cuando tratan de defender sus ideas… nunca se han sentado a reflexionar al respecto?... bueno yo si, pasa que con tal de no ponerme a estudiar cualquier excusa es buena, lo lamento por usted que esta leyendo esto.
Volviendo al tema, algo que siempre me llamó la atención es lo poco que nos entendemos, nos cuesta en líneas generales, sentarnos a discutir ideas de manera racional, nunca se nos cruza por la cabeza comprender que lo lleva al otro a pensar como piensa, sino que en todo momento procuramos imponer nuestras ideas, y esto se puede aplicar a cualquier circunstancia de la vida en sociedad, desde una charla con amigos en un asado, hasta discusiones mas trascendentes, como ser entre gobiernos… siempre pugnamos por tener la razón… ¿Qué razón? Digo yo, la que más nos conviene? La que nos enseñaron? La que compramos? O lo que realmente por convicción creemos?... repito, es raro… o sea, poniendo un ejemplo burdo... cuando alguien habla a favor de algún aspecto de la dictadura que hemos vivido en nuestro país, muchos nos escandalizamos, nos enojamos porque el otro piensa distinto, porque no podemos creer que exista algo bueno nacido de ese episodio de nuestra historia… ahora es cuando yo pienso… no es paradójico que alguien que se enorgullece de elevar los estandartes de los derechos humanos, pretenda censurar las ideas de quienes piensan distinto porque crea que no es correcto?, el asunto acá esta en poder expresar ideas libremente y no convertirnos en lo que repudiamos… o no?. Sin duda alguna, nos falta crecer, darnos cuenta que para mantener una postura es necesario saber, pero saber de enserio, no leer un articulo de un diario, con eso no basta, debemos entender que no hay nada mas enriquecedor que el dialogo, mas aun con aquellos que ven las situaciones de otra forma, y si carecemos de argumentos, debemos de escuchar, aprehender de las experiencias de otros, de sus conocimientos y luego sacar nuestras propias conclusiones, para poder exponerlas con seriedad la siguiente vez que la charla se nos presente, y si logran llevar a cabo esto, se darán cuenta de que distinto ha sido el intercambio con el otro, se van a sentir bien y satisfechos al darse cuenta que poseen convicciones propias, y que han podido trasmitirlas de manera coherente, sin necesidad de llegar a excesos verbales, ni detrimentos innecesarios respecto de los pensamiento, ni de la persona del otro.
Me despido suponiendo que van a hacer lo que les digo sin presentar ningún argumento en contra, si lo tienen no lo expongan… porque se que tengo razón!.

1 comentario:

Malena dijo...

este si me gusto!
Hasta la victoria!
Male